COPA DEL MUNDO

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JUNIO - JULIO 2010

viernes, 19 de junio de 2009

Allegro Moderato!!!!!!!!!!

La interpelación a Yehude Simon y Mercedes Cabanillas, el miércoles próximo, debería conducir a la censura y la caída de ambos.Tanto el presidente del Consejo de Ministros como la ministra del Interior tienen responsabilidad insoslayable por la tragedia de Bagua, en la que murieron 24 policías y cuando menos, según la cifra oficial, diez civiles.Ayer el Congreso de la República ha aprobado la derogación de los Decretos Legislativos 1090 y 1064. Pero eso no basta para resolver los problemas de fondo originados por esos y otros decretos del Ejecutivo.Una lectura atenta del mensaje que el presidente Alan García pronunció el miércoles último autoriza la desconfianza. En primer lugar, el mandatario no reconoce ningún error suyo y de su gabinete.“Llega el momento de reconocer la sucesión de errores y exageraciones que hemos vivido”, dijo. No dijo “que hemos cometido”.La única falla que admite es el no haber informado ni consultado. Persiste en sostener que los decretos derogados son buenos. Por eso afirma: “yo sé que con tiempo y paciencia las cosas se comprenderán mejor, vale la pena esperar”.Hay que insistir por eso en el carácter anticomunal y privatizador de los decretos en debate.Por ejemplo, el 1064 estipulaba, en su artículo 7º.-, que no se consideran predios rurales comunales “las tierras que la Comunidad transfiera a sus comuneros o a terceros” y, además, “las tierras de las comunidades que sean declaradas en abandono”.El artículo 8º.- anulaba la ley 26505, la cual exigía acuerdo previo con el propietario de la tierra y, fracasado éste, una instancia de conciliación. El decreto establecía, en cambio, que “las tierras de uso agrario quedan sujetas a las siguientes servidumbres”. Y enumeraba, entre otras, “servidumbres de libre paso de oleoductos, gaseoductos, mineroductos, instalaciones para la exploración y explotación minera y petrolera…”. He ahí algunas aristas de esos decretos que despertaron la ira de la Amazonía y el rechazo del pueblo, rechazo demostrado el 11 junio en todo el país.Simon, el defensor colérico de los decretos, el burlador que el 20 de abril se comprometió a formar una comisión multisectorial, pero enseguida puso como condición que se levantara el paro amazónico, debe irse.También debe marcharse Mercedes Cabanillas, la ministra que dijo que ni ella ni García ordenaron el operativo provocador del 5 de junio.Esos dos personajes deben partir, de regreso a las tinieblas de lo desconocido, en compañía de Mercedes Aráoz, la ministra que defendió los decretos, recurriendo a las mentiras más burdas, y el titular de Defensa, que incumplió la protección que el Ejército debió prestar a los policías victimados en la Estación 6 del oleoducto de Petroperú.Entretanto, celebremos la derogatoria pero mantengamos vigilante expectación.
Fuente: Diario La Primera

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