EL BUHO.

Este Búho siempre consulta con sus amigos “Los filósofos de la calle”, los abogados Pancho, Freddy, “Chapita” y el procurador Chilet, cuando se trata de los problemas del corazón, sus vericuetos y trampas. Justo ahora que está de moda que personajes públicos abandonen a sus esposas y sus hijos menores para meterse con chiquillas y las vuelven sus “firmes”, se impone conocer la opinión de estos émulos de Louis Althusser, Sócrates, Kant y el denso Hegel.
El primero que tomó la palabra fue Pancho. “Yo lo canté en su tiempo, cuando ese cantante dejó a su esposa y sus hijos para meterse con una bailarina mucho menor que él. Ese tipo de relaciones nunca funciona. El músico, en vez de fortalecer la unión con la mujer que lo conoció misio, cuando cantaba en localcitos de provincias y le lavaba a mano su veintiúnica camisa, la dejó cuando tuvo su cuarto de hora de fama y la plata de sus “bolos” en el bolsillo. Ahora las bailarinas se le pegan para hacerse famosas y también para que la colme de regalitos o le pague el alquiler para su familia.
La ley de la calle enseña que un hombre mayor tiene todas las de perder si se mete con una chibola. Cuando pasa el tiempo, uno ya no responde y la joven estará en su mejor edad y si no le cumples, fijo que te adorna en una. Los partidores están rondando como buitres a las esposas con maridos viejos. Claro, hay casos excepcionales como el de Oona O’Neill, la esposa del gran Charles Chaplin, una brillante chiquilla de 18 años que se casó con el sesentón “Charlot”, le dio hijos y lo acompañó hasta la muerte al genial actor. Pero es uno en un millón.
“Chapita” terció: “Pancho tiene razón, mira qué diferencia. Al cantante lo dejaron sin soga ni cabra. La chibola, cuentan, volvió con su “duro”, un futbolista que la conoció tiernita y parece que le dejó huella. En este tipo de relaciones de cuarenta y veinte siempre hay un “duro” rondando a la muchacha que, a veces, se aburre o se siente sola por los compromisos de la pareja madura y sale a “darse su espacio””.
Chilet defendió el hogar del tramposo. “El verdadero mujeriego puede tener su calentado con una chibola, las “bebitas”, como las llama Pancho, para las noches de días de semana o las mañanas en La Posada, el hostal de los infieles, pero los fines de semana y vacaciones uno debe pasarla con su esposa y sus hijos, apagar el celular para que no fastidien las canallas. Una buena esposa y un hogar nunca se podrán comparar con la relación con una trampa que solo te va a sacar plata y quiere que la lleves a amanecerte a los salsódromos, discotecas y a comprarle ropa en “Ripley”. Después, cuando estás misio o viejo, te bota como una zapatilla vieja”. No cabe duda que “Los filósofos” tienen un punto de vista particular sobre el tema. Podrán ser polémicos, pero conocen al dedillo las trampas en el amor. Apago el televisor.

fuente: diario el trome

EL SONAMBULO

El fotógrafo Gary llegó al restaurante por un arroz chaufa de carne con ajicito y una taza de anís caliente para bajar la grasita. “María, llegué temprano a la Redacción y me encontré con “El sonámbulo”, el mítico redactor de Policiales que hizo toda su carrera trabajando de madrugada. Para él, la noche es su mejor aliada para conseguir sus noticias, pues en esas horas oscuras y solitarias, sale a relucir lo más perverso de los seres humanos. Muchos dicen que es como un vampiro, pues donde hay sangre, ahí está él, y se pone en primera línea cuando ocurren los crímenes más horrendos. Incluso llega primero que la policía. Sin embargo, fuera del trabajo, jamás lo verás comiendo un bisté a la inglesa, unos anticuchos, tomando vino tinto o saboreando una gelatina de fresa, pues le recuerdan la sangre que le salpica noche a noche.
Cuando me vio, me dijo: “Gary, la violencia está llegando a límites increíbles. ¡¡Ni los congresistas se salvan de ser asaltados en la misma puerta de sus casas!! Eso le pasó al nacionalista José Urquizo, quien vivió en carne propia lo que es ser amenazado con una pistola. La verdad es que tuvo suerte de que los delincuentes no hayan estado “nerviosos” o con ganas de “tumbarse” a alguien, porque ahí sí, tal vez, no la contaba. Aunque en este caso, existiría responsabilidad de ese legislador, si es cierto lo que dice la policía, que el señor mandó a su seguridad, un policía, a comprar dos tarros de leche como si se tratara de su empleado doméstico. Si eso se comprueba, sería una vergüenza.
Pero lo que vivió este “padre de la patria” no es nada comparado con lo que veo cada noche. Muchos “apretones”, sicarios y “marcas” andan con pistolas y fusiles que la policía ya quisiera tener. Armamento pesado, capaz de perforar el mejor blindaje.
Ahora hay hasta chicos de 14 o 15 años cargando pistolones que no dudan en usar cuando se cruzan por cualquier cosa. Como sueñan ser considerados “faites”, es decir, “choros rankeados”, no tienen reparos en disparar. Hasta fumones asesinan por robar un sencillo para su maldita “pasta”. La delincuencia ha cambiado un montón. Ahora son más desgraciados. María, después de hablarme, “El sonámbulo” se fue en silencio, preocupado”. Ese señor es una leyenda entre los periodistas y, si él dice que la situación es delicada, entonces es verdad. Ya nadie está seguro ni en su propia casa. Me voy preocupada. Cuídense.

FUENTE: DIARIO EL TROME